Cuando el fútbol es una solución y no un problema

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Juan Andrés Rodríguez*

La selección chilena de fútbol se consagró campeona de la Copa América de fútbol. Un jugador de este equipo, Jean Beasejour, declaró a la emisora ADN de Chile que habían dado alegría a todo el pueblo chileno en un lugar donde antes hubo tristeza y muerte. El lugar al que se refiere es el Estadio Nacional de Chile que durante la época de la dictadura militar de Augusto Pinochet fue un sitio de reclusión para los que el gobierno consideraba peligrosos. Estas palabras fueron un gesto que muchos chilenos recibieron con alegría, se pueden leer como un homenaje a los que no pudieron celebrar el primer título de la selección. (http://www.adnradio.cl/noticias/deportes/beausejour-y-la-memoria-en-un-lugar-donde-hubo-muerte-hoy-le-dimos-una-alegria-a-chile/20150704/nota/2836043.aspx)

Esta no es la primera vez que un futbolista envía un mensaje de carácter social aprovechando un éxito deportivo. En 2005, cuando la selección de Costa de Marfil se clasificó por primera vez a un campeonato mundial del fútbol, el delantero Didier Drogba pidió en un mensaje televisión (http://depor.pe/futbol-internacional/didier-drogba-y-su-discurso-que-detuvo-guerra-costa-marfil-video-1018931), acompañado por sus compañeros, que la guerra civil en su país terminara y que se convocaran elecciones. La tensión en la nación africana duró varios años más, pero muchos marfileños señalan que una de las razones por las que se comenzó a buscar una solución pacífica al conflicto fue por el pedido de Drogba.

De una manera más constante, el jugador brasilero Sócrates, que hacía parte del Corinthians de São Paulo, reclamaba el regreso a la democracia durante la época de la dictadura militar brasilera. De hecho, junto a sus compañeros de equipo, fue parte de lo que se conoció como la Democracia Corinthiana en la que los jugadores y miembros del club, tomaban las decisiones de manera concertada y por votación. Este sistema llevo al equipo a apoyar la convocatoria de elecciones a nivel nacional, como a ganar títulos.

Es claro que los eventos de fútbol logran atraer a un gran número de personas. La FIFA tiene más países agremiados que la ONU. El poder de esta organización es tan grande, que acomoda las leyes y normas de los países donde realiza las copas mundiales a su acomodo. Este poder viene porque son millones de personas las que se interesan por el juego donde 22 personas patean un balón de un lado al otro. El interés de esos millones lleva a que varios inviertan millones -en dinero- y se lucren. Es tanto el poder de la FIFA que muchos de los países más avanzados en términos sociales miraron a otro lado ante los casos de corrupción y fue necesaria la intervención de los E.E.U.U. (a mi parecer porque a ellos no les agrada mucho que se mueva tanto dinero y no les toque), un país donde la tradición futbolística recae casi completamente en las mujeres. De hecho, su selección femenina acaba de consagrarse campeona mundial por tercera vez, siendo el país con más títulos y el único que en sus siente ediciones no ha quedado por debajo del cuarto puesto.

Volviendo a la FIFA, esto no es nuevo. Los casos de corrupción y de manipulación son de antaño. El comediante británico John Oliver mostró el año pasado en un video la naturaleza de esta organización y la de sus dirigente. Luego de las detenciones de este año por corrupción, hizo otro. Yo recomiendo enfáticamente que los vean.

Video 1: https://www.youtube.com/watch?v=DlJEt2KU33I

Video 2: https://youtu.be/qr6ar3xJL_Q

Sí, el fútbol ha reunido a muchos de los peores delincuentes que se hayan podido ver. Desde sus dirigentes hasta los fanáticos descerebrados que han matado a otros. Pero, como en los casos nombrados anteriormente, el fútbol ha sido un escenario para que Drogba, Beasejour y Sócrates envíen un mensaje beneficioso a la sociedad. Ha permitido que niños nacidos en las partes mas olvidadas y golpeadas por el sistema, encuentren un modo de vida digno, que suele traducirse en mejor vida para toda su familia e incluso para muchos otros gracias a las numerosas organizaciones que fundan para ayudar a los que sueñan ser como ellos y viven lo que ellos vivieron. Fue a través del fútbol que Carlos Caszely ( http://www.eltapabocas.co/culturas/famosos/el-jugador-que-se-opuso-a-pinochet/), el jugador chileno que se opuso a la dictadura militar de Pinochet y apoyo el ‘No’ en el plebiscito que decidía si el militar seguía al mando, se hizo famoso. Fue fútbol lo que jugaron alemanes y británicos durante la tregua de Noche buena de la primera guerra mundial.

Yo aspiro que algún día algún jugador de la selección colombiana de fútbol pida la paz. Se salga del molde y no diga que “Seguirá las indicaciones del profe”, sino que aspira que el próximo mundial lo vea toda Colombia en paz y que pida para que no mueran personas por celebrar una victoria, un mensaje que llegaría mas lejos que el de cualquier político o comandante. ¿Es soñar mucho? Sí, pero no es para sorprenderse porque adoro el fútbol, y como fanático antes de que se de una victoria sólo se vive de sueños.

*Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Escribe para diferentes medios digitales y sobre distintos temas, como el ciclismo colombiano o la herencia musical del compositor José Barros. Le gusta verle el fondo a lo simple, las crónicas y las caricaturas. Está en twitter como @juandepapel.

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