Historia mínima de Colombia

El libro que se reseña en esta oportunidad pertenece a la serie Historias Mínima. Esta pretende ser una introducción concisa sin dejar de ser profunda, de diversos temas históricos, políticos y sociales, cuyo fin es ofrecerle a los lectores la apropiación de un conocimiento básico y sólido de estos temas. De allí que los textos que hacen parte de esta colección tienen a lo sumo unas trescientas páginas. Uno de los textos que de forma reciente fue presentado y que ha tenido mucho eco en los medios de comunicación es el libro de Jorge Orlando Melo denominado “Historia Mínima de Colombia”.

 

 

Reseña del libro Historia Mínima de Colombia de Jorge Orlando Melo.
Editorial Turner-Colmex
2018

 

 

 

Camilo Castillo Sánchez*

Los Orígenes

 

El libro comienza con una narración del poblamiento de América en general y con el de la actual república de Colombia en particular. Es importante cómo el autor trata de mostrar la diversidad de los distintos grupos prehispánicos que poblaron el país. Esto demuestra que las diferencias regionales no tienen solo raíces en la actualidad o en los problemas de conformación del Estado acaecidos en el siglo XIX sino que las diferencias entre los territorios de este país denominado Colombia tienen bases en ese momento fundacional.

Además de proponer esta hipótesis interpretativa, el autor enriquece su relato con una serie de datos sobre la gastronomía y las costumbres de los diferentes grupos humanos que vivían en los diversos lugares de la actual Colombia. Esto también permite explicar la forma fragmentaria en que los pueblos originarios resistieron la llegada de la Corona, la ausencia de un imperio o de un centro político unitario le permitió a los invasores avanzar más rápido en algunos lugares que en otros.

Un territorio más dentro de la Corona.

 

La llegada de los españoles cambió el panorama; el comienzo de la ocupación española fue arduo y complejo, a tal punto, que nunca llega a controlar de forma plena todo el territorio. Así poco a poco comenzó un proceso de asimilación y de amalgamiento que llevó a los pobladores originarios a mezclarse y hacer parte de una entidad mucho más grande, y las incidencias de esta metrópoli lejana también terminarían por afectar el destino de los habitantes de los “territorios de ultramar.”

Uno de los puntos en los que el libro hace hincapié es el de las tensiones que había entre los pobladores españoles y las órdenes de la Corona. En efecto, muchas de las disposiciones emanadas del poder central nunca fueron tenidas en cuenta ni por las autoridades encargadas de hacerlas cumplir, que eran funcionarios reales, ni por sus destinatarios. El célebre aforismo de “se obedece, pero no se cumple” nace de esta situación, y muchos lo han interpretado como una forma de guardar la paz entre las diferentes entidades locales y la Corona. En efecto, el Rey no veía minado su poder por parte de unos súbditos rebeldes, y los súbditos hacían que cumplían las órdenes del rey, pero en verdad seguían su propia costumbre, que a la postre se convirtió en la fuente de derecho por excelencia.

 

Una Independencia Extraña

 

La independencia de la actual república de Colombia de España tiene un carácter particular, pues más que un intento por crear una nación por parte de los criollos, la independencia termina por ser un evento propiciado por la invasión napoleónica a España. Esta experiencia de debilidad de la metrópoli es la que lleva a que los criollos consideren que el tiempo de España está terminando, y que sea necesario una ruptura por la sano con el Rey. Sin embargo, esto solo se logra de forma definitiva en 1819, después de varias batallas con los ejércitos que juraban lealtad al rey de España y de un intento de este por reconquistar los territorios perdidos.

Finalmente la independencia fue un proceso que culminó con éxito y la pregunta que comenzaron a hacerse los nuevos dirigentes era la de la forma de gobernar estos territorios. Un sector de ellos proponía que era el orden la que iba a enseñar a los ciudadanos las virtudes de la república. Por el contrario, otros creían que era el apego a la ley lo que iba a enseñar cómo comportarse en libertad a los habitantes de la república.

 

Federalismo y Centralismo

 

A riesgo de reducir de forma excesiva los debates que se dieron en el siglo XIX el tema pasó por considerar si la naciente república debía organizarse de forma federal y con poca injerencia del poder central en las distintas entidades territoriales, por el contario debía existir una fuerte presencia del poder central con poca autonomía de las regiones. Adicional a lo anterior, el otro debate que surgió fue el del rol de la iglesia católica. ¿Debía la Iglesia Católica ser la educadora de los ciudadanos o no? ¿Cuál era el rol de la Iglesia en la esfera pública? Estos debates llevaron a la formulación de varias leyes que buscaron la separación del ámbito eclesiástico del civil. Sin embargo, a finales del siglo XIX se impuso la idea de un Estado Central fuerte junto con una protección de la Iglesia Católica por parte del Estado, pues era la que permitía convertir a los habitantes del país en ciudadanos.

 

El Siglo XX

 

El siglo XX recibió un país conservador y católico, con una parte de su territorio cercenada, y con una de las guerras civiles más largas que haya padecido. Sin embargo, ese dominio conservador comenzó a medrar, y la llegada de una incipiente industria y la aparición del proletariado y la cultura de masas permitió que ese dominio empezara a tambalearse. Esto sucedió en el año de 1930, con la llamada república liberal. Durante ese tiempo las masas urbanas y las organizaciones sindicales tuvieron una presencia y una voz más fuerte en la política del país. A mitad del siglo XX surgió la llamada violencia intrapartidista, que terminó por ser la génesis del actual conflicto que aún agobia al país.

El libro hace una síntesis muy interesante de esos acontecimientos, aunque la sensación final es que la interpretación del siglo XIX es mucho más robusta que la del siglo XX. Sin embargo, y para tener una hoja de ruta para entender este país intrincado, es muy lectura recomendada.

 

*Camilo Ernesto Castillo Sánchez es licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás de Bogotá. Abogado de la Universidad Nacional y Doctor en Derecho por la Universidad del Rosario.

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