Adrián García*
Siempre tiene una historia para contar mientras saborea el café, sus ojos observan el entorno estudiando cada personaje que desfila por las calles. Mucha gente, la mayoría me atrevo a asegurar, se equivocan al ver al “mechudo canoso”, no saben quién es, no tienen la menor idea ni siquiera de qué se trata aquello del teatro clown y menos del teatro de pantomima. Abre puertas en el aire y sube escaleras hasta el cielo para bajar nubes de colores; abrió las puertas del mundo asomándose con su nariz roja para que humanos pálidos del septentrión rieran hasta soltar lágrimas. Clown fue el abracadabra para que de inmediato el gringo de la embajada, sonriendo y con admiración le diera la visa. Pero aquí, en su tierra natal, tocar puertas no ha sido fácil y no es porque “nadie es profeta en su tierra” sino porque el intelecto y el espíritu de las personas que gobiernan estás tierras de la malaria, el caucho, la quina, la coca, el oro, las vacas y el petróleo son bastante disminuidos. Tal vez el único teatro que tienen en su lóbulo prefrontal es el “teatro en casa” para ver vídeos de música traqueta. Por lo menos ya un político avieso y avezado le dijo con cinismo que eso de la “cultura” no da votos. Gastaríamos toda una vida explicándole a él y a sus colegas el concepto de cultura por un lado y el de expresiones artísticas por otro.
Hace cuatro años, iniciando el gobierno de dios en la tierra del dengue, ingenuamente, con otro mechudo, Henry Galvis quien es maestro en bellas artes, le llevamos la hoja de vida a la malograda primera dama. Un folder voluminoso como el expediente de un político en la cana, con la historia de vida de Edilberto Monje Méndez, Ludi, lleno de notas de prensa en diferentes idiomas, fotos de giras, funciones, entre otras cosas, para proponerlo como director departamental de cultura, dado que el gobernador electo en un arrebato místico dijo que los ciudadanos del Caquetá podrían aspirar a cargos en el gobierno departamental si tenían el perfil. Ludi lo tiene. Pero la inspiración divina de la papisa del MIRA fue otra… Aunque las profecías en sus iglesias no fueron suficientes para vaticinar el desastre.
El maestro Edilberto Monje Méndez, oriundo del Caquetá, estudió en la desaparecida Escuela Nacional de Arte Dramático ENAD, fundando después el grupo de teatro y pantomima Arlequín. Allí crea, combinando diferentes técnicas su personaje que lo acompaña por más de tres décadas LUDI, el mimo clown. Edilberto viaja por Europa y las Américas donde se consolida como un artista clave de la escena clown mundial. Más de un lustro en el viejo continente dejaron obras como “partituras para un comediante”, “cuadros de un transeúnte” y “mi segunda partitura”. Luego en la patria del sagrado corazón hace montajes como “Juanita mi canto a la esperanza” una tierna declaración de amor a su primera hija, luego escribe obras para sus otras dos niñas Laura y Sofía; también crea la divertidísima obra “un clown saca otro clown” y muchas otras más.
Por un sueño decide volver al Caquetá y establecerse en Florencia, noticia que nos alegró a muchos. Ahora busca dejar un legado y aunque a veces el pesimismo se cierne sobre su cabeza y en las de los cómplices, como María Clara, su amor, actriz, periodista, cantante y magufa, creo que lo está logrando pues ya algunos jóvenes de la universidad de la Amazonia han logrado salir a Bogotá a estudiar arte drámatico y con el grupo de esa institución, a pesar del escaso presupuesto a tono con la realidad nacional, hace montajes espectaculares que destacan en festivales nacionales de teatro. Por ejemplo, hace poco organizó una temporada de teatro al aire libre con el ánimo de recuperar espacios como el parque del barrio La Libertad y aunque la alcaldía ni se enteró, porque estaban en asuntos muy importantes como robar, varios comerciantes patrocinaron la funciones.
Así que, bueno, en Google pueden buscar toda la información del maestro Edilberto Monje Méndez, el que si puede decir “usted no sabe quién soy yo” pero que nunca lo hará porque de sus cabellos cenizos salen aves como el fénix y una sonrisa que alimenta la utopía en este verde diezmado por la codicia. El Caquetá y todos los interesados en las artes escénicas tienen en Edilberto un maestro inigualable.
Partituras para un comediante se presentará el 14 de abril a las 7:30 p.m. en el auditorio de la Universidad de la Amazonia, imperdible, a bajo costo y con un fin agridulce: recolectar fondos para adaptar la sala de teatro en el olvidado silo de la sede ubicada en el antiguo IDEMA.
Fotos: Facebook Edilberto Monje
*Es odontólogo egresado de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Gerencia y auditoría de la calidad en salud de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Es columnista de medios independientes.