El por qué del voto NO en el plebiscito

Para poder parar esta guerra hay que cambiar todas las estructuras y la cultura que la protege, que está arraigada en las instituciones tradicionales, por eso el cumplimiento en su totalidad de los acuerdos pactados en la Habana entre las Farc-ep y el Estado Colombiano, con el apoyo internacional, es fundamental. Sin cambiarle una coma.

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Walter Ciro Restrepo*

La aplicación del Plan Colombia, del Plan Patriota y del Plan Consolidación en forma de guerra directa creó unas estructuras y fomentó una cultura de la guerra en Colombia. En un entorno neoliberal hay sectores enriquecidos con la guerra que se resisten a perder este excelente negocio. En estos sectores están las élites politiqueras, militares, narcotraficantes, terratenientes, sectores de las iglesias, de los medios de comunicación carroñeros y morbosos, que han hecho una gran hermandad como clase opresora y quienes se han beneficiado histórica y económicamente de la guerra apropiándose de las ayudas internacionales.

Entre las estructuras sociales más visibles están la Procuraduría, la Fiscalía, la Contraloría, el Sistema Judicial y en su totalidad el Sistema Educativo: La Primaria, la Secundaria y la educación superior donde no se enseña a pensar sino sumisión y obediencia, amén de las empresas electorales que se han creado en toda Colombia.

El neoliberalismo convirtió todo en plata, la democracia desapareció, todo es dinero.

Por estas estructuras y esta cultura de la guerra muchos gobernantes se han hecho elegir recién salidos de la cárcel. Apareciendo que ser delincuente de cuello blanco es el mejor negocio.

Si en esta sociedad estructurada perversamente por la guerra se somete a plebiscito ¨un acuerdo¨ donde se empieza a eliminar este guerra, esta estructura, esta cultura, este estado de cosas, ¿Qué elegirá la gente? Pues obvio la respuesta es ¨NO¨.

Para poder parar esta guerra hay que cambiar todas las estructuras y la cultura que la protege, que está arraigada en las instituciones tradicionales, por eso el cumplimiento en su totalidad de los acuerdos pactados en la Habana entre las Farc-ep y el Estado Colombiano, con el apoyo internacional, es fundamental. Sin cambiarle una coma.

Frente a todo esto que ha sucedido últimamente uno se pregunta ¿Qué sentido tenía el sobrevuelo de unos aviones Kfir de guerra en el momento en el cual el Presidente y el Comandante de las Farc-ep firmaban el acuerdo? Mucho sentido recordarle a las élites de poder o clase opresora lo que tenían para los oprimidos, fue una amenaza ante el mundo entero la que han tratado de convertir en una broma, en un país donde han asesinado el humor al asesinar a Jaime Garzón… Aquí nadie se puede reír, nadie puede bromear, solo hace humor las élites guerreristas colombianas como lo hicieron con el plebiscito, sin que las Cortes de justicia emitieran palabra alguna, ellas también son un chiste para los guerreristas.

El neoliberalismo creó una sociedad mediatizada por el ¨Yo¨ por lo ¨Mío¨ por la envidia social donde el ¨Otro¨, la ¨Otredad¨ desapareció. Creó el sicario de las noches oscuras reclutado en las periferias y utilizado por la perversión guerrerista de la clase dominante en Colombia y América Latina.

La clase dominante la clase opresora, jamás aprobará algo que afecte sus intereses, estos hacen una santa alianza con los ¨oprimidos con mentalidad opresora¨ ensillados por las iglesias cristianas que negocian su dignidad por un plato de lentejas, o con falsos discursos que les hablan de una sociedad sin clases sociales.

Los más de seis millones de colombianos que votaron por el ¨Si¨ son un número suficiente para hacer respetar los acuerdos de la Habana entre las Farc-ep y el Estado colombiano.

*Matemático de la Universidad de Antioquia, Mágister en Matemáticas Aplicadas de la Universidad EAFIT. Profesor de la Universidad de la Amazonía.

Foto de portada: EFE

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