Aprendizajes de un modelo comunitario de reducción de daños en Colombia

El 31 de agosto fue el Día Internacional de Concientización sobre la Sobredosis (IOAD), un momento para recordar a quienes han muerto por sobredosis de drogas y sensibilizar sobre la prevención de las sobredosis y la política de drogas. 

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Fotografía de la autora. Corporación Viviendo en Cali
Fotografía de la autora. Corporación Viviendo en Cali

 

Mary Ryder*

 

 

El 31 de agosto fue el Día Internacional de Concientización sobre la Sobredosis (IOAD), un momento para recordar a quienes han muerto por sobredosis de drogas y sensibilizar sobre la prevención de las sobredosis y la política de drogas. Este año, el tema del IOAD 2023 era Reconocer a las personas que pasan desapercibidas. Era una llamada a reconocer a las personas de nuestras comunidades que se ven afectadas por una sobredosis: todos los familiares y amigos que lloran la pérdida de un ser querido; los trabajadores de servicios sanitarios y colectivos de apoyo que extienden fuerza y ​​compasión; y los primeros respondientes que así asumen el papel de salvavidas.

La Corporación Viviendo es una ONG colombiana con un programa comunitario de reducción de daños para brindar apoyo a las personas que se inyectan drogas en Sucre, un barrio de la ciudad de Cali, donde llevo más de un año acompañando al equipo para realizar la investigación de mi doctorado. Para evitar que alguien se muera por sobredosis, reducir los daños relacionados con el consumo de las drogas y mejorar la calidad de vida de los usuarios del Programa, Viviendo proporciona material higiénico, servicios básicos, atención médica, educación y asesoramiento sobre cómo inyectarse de manera más segura y formación para orientar el uso de la naloxona – un medicamento que puede revertir una sobredosis de opioides. El enfoque comunitario es clave; Viviendo también cuenta con una red de aliados, instituciones y líderes comunitarios que responden tanto a las necesidades de las personas que consumen drogas como de los residentes del barrio, para mejorar la inclusión y el bienestar en todo Sucre.

Hay que recalcar lo difícil que es el contexto. En muchas partes de Colombia, el estigma que rodea al consumo de drogas se vive de forma tan visceral que muchas personas que consumen drogas se han convertido víctimas de crímenes de discriminación, ya que las amenazas y la violencia se consideran una forma válida y deseable de tratar a las personas mal llamadas “desechables”, “viciosos” o “peligrosas”. Esto, sumado a la desigualdad, la pobreza extrema, la exclusión y la falta de atención en materia de salud mental, hace que muchas personas que consumen drogas sean marginadas y desatendidas.

Conocer el trabajo de la Corporación Viviendo me llenó de esperanza. Fue refrescante e inspirador encontrar un lugar donde se tratan a las personas que consumen drogas – muchas de las cuales han sido víctimas de este estigma y violencia- con dignidad y compasión, donde se sienten aceptadas y no juzgadas, y donde la abstinencia no se impone como meta. No obstante, cuando alguien muere a causa de las drogas en Sucre, toda la comunidad se ve afectada, y esto deja huellas. 

 

Fotografía de la autora. Corporación Viviendo en Cali

En el último año, se han atendido a 513 personas usuarias de drogas inyectables; un promedio de 120 personas asisten diariamente al punto de atención. Cabe destacar que, con las capacitaciones en naloxona y la fuerte respuesta de la comunidad solo se ha registrado una muerte por sobredosis de heroína entre los usuarios del Programa desde del 2021. Se trata de un gran logro y esperamos que sea testimonio de un cambio de actitud hacia las personas que consumen drogas en Sucre.

Sin embargo, a pesar de estas acciones de intervención, las condiciones de vida de las personas a las que se apoya Viviendo siguen siendo extremadamente difíciles. La vida en la calle limita el acceso a servicios sanitarios, espacios higiénicos para inyectarse y posibilidad de alimentarse en condiciones dignas, al tiempo que se expone a las personas a hurtos y violencia. Además de las sobredosis, las personas que se inyectan drogas corren un mayor riesgo de contraer el VIH y la hepatitis B y C, que a menudo se transmiten por haber compartido agujas, así como la tuberculosis. El estigma y la discriminación dificultan aún más el acceso al sistema de salud y a los servicios de salud mental. Incluso se ha negado la entrada a las personas consumidoras en los hospitales por su apariencia física, o se las han tratado tan mal que no quieren volver. Hace poco, una persona nos relató cómo lo habían rechazado en emergencias tras haber sido apuñalada; “de todos modos vas a morir pronto porque consumes heroína“, le dijo una enfermera. En esta lucha por acceder al derecho a la salud, muchas personas mueren por enfermedades avanzadas y falta de atención y descuido. 

Una serie de muertes que ocurrieron en Sucre en abril y mayo me afectó bastante. Se siente la pérdida de cada individuo, y el dolor frente a la muerte es agobiante y la desesperación ante el abandono y negligencia por parte del Estado y de la sociedad de las personas que consumen drogas en Cali empezaron a volverse muy pesado. No había tiempo para procesar o sanar porque luego otra persona moriría. No se puede dejar de trabajar y cerrar la fundación por unos días porque esto también tendría implicaciones potencialmente devastadoras para la comunidad.

Si bien es real el riesgo de “trauma vicario” y de quemarse para quienes atienden a la sobredosis y quienes trabajan en centros de tratamiento para apoyar a las personas que consumen drogas, como señala activista canadinese Zoe Dodd, esto sugiere que los trabajadores están enfermos, o rotos por dentro, o que no tienen suficiente resiliencia, y no es así. En este contexto nos toca enfrentarnos a tantas muertes prevenibles. Entonces los sentimientos fluctúan entre la tristeza profunda, la rabia y la desesperanza, a veces da consuelo al saber que las personas han fallecido con dignidad, que estaban siendo acompañadas por el equipo de Viviendo, que ha hecho todo lo que estaba en su mano para ayudarlas, pero, en su mayor parte, es difícil aceptar muertes que podrían haberse evitado totalmente con una política de drogas justa y responsable y apoyo gubernamental. Es muy angustioso saber que lo que sea que estés haciendo no va a ser suficiente.

Para algunos miembros del equipo que llevan mucho tiempo trabajando en Sucre, puede tratarse de personas que conocieron desde hace años. Están conectados en la comunidad. Es un duelo muy complicado.

El Día de Acción Global “Apoye. No Castigue” creamos Ojos de Dios para conmemorar y honrar las vidas perdidas por las drogas en la comunidad. Se trata de un objeto espiritual hecho tejiendo un diseño en una cruz de madera, a la que pegamos los nombres de las personas que habían muerto. Nunca olvidaré ver a alguien recogerlos uno a uno, ya que le traían recuerdos de cada uno de sus compañeros que habían fallecido, el impacto acumulado de haber conocido y perdido a tantas personas es intenso y deja un marco enorme. Está claro que queda mucho por hacer. La Organización Mundial de la Salud reconoce que la eliminación de leyes, políticas y prácticas punitivas, la reducción de la estigmatización y la discriminación, la capacitación de la comunidad y la lucha contra la violencia son necesarias para evitar más muertes.

Fotografía de la autora. Corporación Viviendo en Cali

La Corporación Viviendo trabaja para abordar todos estos problemas. Durante décadas, la política antidroga de Colombia ha dado prioridad a un enfoque punitivo en vez de políticas basadas en la reducción de daños y la salud pública. Sin embargo, la capacidad de Viviendo para prevenir y responder a las sobredosis ha salvado muchas vidas. En una realidad donde se suele estigmatizar e incluso matar a las personas que consumen drogas, se trata de un logro notable. Hay mucho que podemos aprender en todo el mundo del modelo comunitario de reducción de daños de Viviendo, y del trabajo colectivo para atender a las sobredosis y otros daños relacionados con las drogas.

 

 

*Mary Ryder es estudiante de doctorado y coordinadora de Transform Drugs Foundation. Traducción de la autora del texto original en: https://anyoneschild.org/2023/08/international-overdose-awareness-day-colombia/

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