Compartimos el conversatorio con personas que han vivido la reducción de daños como usuarios de los servicios, en “Cali dialoga: un encuentro por la reducción de daños”, sobre el impacto que estos programas han tenido en sus vidas.
*Mary Ryder
**Jaime Marulanda
En Cali, el Dispositivo Comunitario de Reducción de Riesgos y Daños, liderado por la Corporación Viviendo, la Corporación Sapiencia, Café Arboleda, el Programa de Sustitución con Metadona y el Centro de Atención Móvil a la Drogodependencia (CAMAD) de la Red de Salud Ladera, ofrece respuestas significativas en la reducción de riesgos y daños relacionados con el uso de sustancias psicoactivas y problemáticas asociadas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que consumen drogas y sus comunidades. El 26 de junio de 2024, en el marco del Día de Acción Mundial “Apoye No Castigue”, se realizó un encuentro para visibilizar los logros y desafíos en la reducción de daños en la ciudad. En este evento participaron también algunas personas que consumen drogas, quienes compartieron cómo estos servicios han impactado sus vidas, abriendo así una conversación necesaria sobre la eficacia y el alcance de estas iniciativas. Se puede leer más sobre este encuentro aquí.
En Colombia, persiste una fuerte estigmatización hacia el consumo de drogas, y tanto las investigaciones como los medios de comunicación tienden a presentar al consumidor como un delincuente, inmoral o enfermo. Este no es un problema menor. En 2022, la Comisión de la Verdad documentó que una de las consecuencias de la “guerra contra las drogas” en el país ha sido la legitimación de los “crímenes de discriminación” contra las personas que consumen drogas. Se trata de violaciones sistemáticas de derechos humanos, empleadas como un mecanismo para acumular capital político y obtener legitimación entre la población. Esta práctica, que en muchas partes del país incluye asesinatos, desapariciones, trabajos forzados y violencia extrema, es considerada por muchos como una forma aceptable, e incluso deseable, de tratar a los usuarios de drogas.
Un tema central del encuentro “Cali Dialoga” fue precisamente deshacer el estigma que enfrenta la población usuaria de drogas y las problemáticas asociadas, como los conflictos familiares y las barreras para acceder a servicios de salud. Entre los imaginarios que se crean sobre las personas que usan drogas y habitan en la calle está la idea de que les falta agencia, que son utilizados y no tienen la capacidad de tomar decisiones. Se reconoció que en Colombia se ha ignorado sistemáticamente que las personas usan drogas y que no se puede continuar operando bajo la dinámica de castigo y recompensa. La reducción de daños debe comenzar por reconocer y fortalecer la capacidad de agencia de estas personas, no tratarlas simplemente como sujetos a intervenir. En este sentido, la siguiente apuesta es escuchar y aprender de las voces y opiniones de las personas que consumen drogas en Cali.
¿Cuál ha sido el impacto de la reducción de riesgos y daños en sus vidas?”
Jhon Lenid: “Hola, soy rapero. Agradezco mucho la oportunidad que la reducción de daños y riesgos me ha brindado. Ahora soy parte del proyecto CAMAD como operador, lo que me ha permitido tener estabilidad económica, pagar mi habitación e ir comprando cosas. Todo esto se debe a la reducción de riesgos y daños. Quiero aprovechar para darle las gracias a la Corporación Viviendo y al CAMAD que me incorporaron; pude terminar el bachillerato y el siguiente mes me gradúo.
En cuanto a la reducción de daños y riesgos, al principio lo veía como muchos, pensando que era malo porque fomenta el consumo de drogas. Pero cuando empecé a hacer preguntas y analizar el tema, entendí que realmente es un trabajo importante. Por ejemplo, el retorno de las jeringas es crucial para evitar que sean abandonadas en la calle, donde podrían ser peligrosas para niños y adultos. Antes, había jeringas que se alquilaban por 200 pesos, y 3 o 4 usuarios las compartían; incluso llegué a ver que utilizaban agua de charcos para inyectarse porque no había educación sobre prácticas menos riesgosas, como la que ha iniciado la Corporación Viviendo. Estos programas son muy importantes también por el acompañamiento psicológico y todo el apoyo que se brinda a las personas.
Diría que el programa de metadona de la ESE Ladera es muy importante porque ayuda a reducir el consumo de heroína. Hay muchos usuarios que están equivocados sobre este tema, ya que se les ha dicho que si consumen metadona no pueden consumir heroína por el riesgo de sobredosis. Aunque es cierto que puede ocurrir, no se debe usar como excusa para no entrar en tratamiento. Se inicia con una dosis baja de metadona y se reduce la heroína gradualmente. Otro reto es que a veces los usuarios no aceptan la atención médica hasta que es demasiado tarde. Eso es lo más difícil: que la persona acepte que tiene un problema y necesite ayuda.”
Cristian: “Voy a compartir una experiencia personal. Soy psicólogo con especialización en farmacodependencia. Hace 8 años tuve una recaída y estuve 6 años sin fe, pero empecé a vincularme con el personal de la Corporación Viviendo y el CAMAD, y me di cuenta de que no lo había perdido todo. El programa de reducción de daños realmente funciona; en este momento me están haciendo un tratamiento para ponerme los dientes. Solo tengo que agradecerle a Dios y a la Corporación Viviendo por devolverme la fe.”
Juan David: “Soy cantante. Estuve en una condición cercana a la calle; no estuve en la calle gracias al amor de Dios y al apoyo de mi madre, que siempre me abrió las puertas. Esto demuestra que, a pesar de estar en una situación difícil, es posible levantarse. Es gratificante ser parte de estos programas. La labor de la Corporación Viviendo es hermosa y significativa porque sabemos que estas personas son muy vulnerables. El programa de metadona me ha ayudado mucho; llevo desde 2021 vinculado al programa y me he dado cuenta de que, aunque a veces se me olvida tomar el medicamento, el proceso ha sido tan positivo que mi cuerpo ya no depende de él. La reducción de riesgos y daños brinda muchas oportunidades; en este momento estoy cursando un técnico laboral en mantenimiento y reparación de motocicletas, gracias al programa de la Red de Salud Ladera. Muchas gracias a todos por las oportunidades que nos han brindado; realmente son de gran valor.”
Yohander: “Soy operador par en la Corporación Viviendo y puedo decir que la reducción de riesgos y daños ha tenido un impacto muy positivo en mi vida. Me ha ayudado a evitar enfermedades, mejorar mi calidad de vida y abrirme a nuevos entornos personales con personas que me apoyan para seguir mejorando. Gracias a entrar en el programa de la Corporación Viviendo, he logrado tener una calidad de vida mucho mejor que cuando estaba en la calle. Hace cinco años, no sé cómo estaría sin este proyecto. Lamentablemente, muchos usuarios ya no están con nosotros por manejar dinámicas de consumo muy riesgosas. Pero gracias a la decisión de mejorar, estoy progresando al máximo. Además, soy venezolano y, gracias a la reducción de riesgos y daños, tengo legalidad en el país con permiso de migración, acceso a salud, empleo, vivienda digna y una red de apoyo crucial en mi vida. Esto me ayuda a tomar mejores decisiones.”
—
Las personas que han vivido la reducción de daños como usuarios de los servicios son verdaderas expertas en el tema y proporcionan información valiosa que no se encuentra fácilmente en estadísticas o indicadores tradicionales. Queremos agradecer a Jhon Lenin, Cristian, Juan David y Yohander por compartir sus experiencias en el encuentro “Cali Dialoga”. Ellos son la semilla que inspira a otras personas a mejorar su situación y a buscar apoyo.
Lo que nos cuentan demuestra que la prioridad debe ser mantener a las personas vivas y seguras, y fomentar cambios positivos en sus vidas. Aunque la abstinencia puede ser el objetivo para algunas personas que consumen drogas, esta es una elección individual que no debe imponerse ni considerarse la única opción, al igual que ocurre con el tratamiento. Estas experiencias muestran que es posible tener una vida próspera y estable, manejando el consumo con prácticas menos riesgosas, y compaginándolo con el trabajo, el estudio y la familia.
Es fundamental entender en detalle cómo diversas condiciones de vida influyen en las situaciones de consumo, como contextos de violencia, formas de escapar de traumas, el estigma y la exclusión. La salud no se limita a la ausencia de enfermedad; también involucra una vivienda digna, empleo e incluso alimentación adecuada. Estos factores contribuyen a ofrecer otras oportunidades en la vida. Debemos generar mayores condiciones para transformar la vida de las personas, considerando la creación de casas de paso o lugares de acogida que no solo proporcionen techo, sino también formación y apoyo psicosocial.
Sin embargo, la agenda y el alcance actuales de la reducción de daños en Colombia a menudo solo abordan los síntomas de décadas de prácticas punitivas bajo la “guerra contra las drogas”. Aunque los beneficios de la reducción de daños son evidentes para quienes se han vinculado a estos programas como ‘pares’ y han estabilizado sus vidas, los recursos disponibles son insuficientes para ofrecer estas oportunidades a todos los que las necesitan. Estas estrategias tienen un impacto limitado en las causas subyacentes de violencia y sufrimiento que frecuentemente llevan a consumos considerados “problemáticos”. Muchas de las condiciones de vulnerabilidad enfrentadas por personas como Jhon Lenin, Cristian, Juan y Yohander están fuera del alcance de las prácticas de reducción de daños y requieren reformas estructurales en el sistema de salud, el sistema de justicia penal y la política de drogas del país.
Es claro que en Colombia, la reducción de daños debe ir más allá del intercambio de jeringas, abarcando aspectos de salud, derechos humanos, vivienda y empleo. Necesitamos evaluar y adaptar nuestras estrategias para mejorar las oportunidades para las personas en riesgo.
*Mary Ryder: Mary Ryder es estudiante de doctorado en Seguridad, Conflicto y Derechos Humanos, de la Universidad de Bristol, Reino Unido, su investigación se centra en la política de drogas, consumo y violencias en Colombia. Es coordinadora del proyecto Anyone’s Child en la Transform Drug Policy Foundation.
**Jaime Marulanda: Coordinador del Dispositivo Comunitario de Reducción de Riesgos y Daños, operado por la Corporación Viviendo.