¿Enfoque de género?¿Acuerdos?¿Paz?: Entrevista con Victoria Sandino 

Es la primera vez en la historia de un proceso de paz que existió una subcomisión de género, algo por lo cual los colombianos y colombianas debemos estar orgullosos. Enfrentar los retos de repensar el papel de la mujer y de los grupos LGTBI en la sociedad y en la guerra, y en pensar su reparación no inician con las FARC ni tampoco se agotan en los acuerdos, pero este documento sí debe ser entendido como una puerta que se abre para la agenda nacional sobre estos temas, para la discusión de todas las organizaciones que trabajan el tema de género, las mujeres y los grupos LGBTI de todo el país.

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Estefanía Ciro*

Las revoluciones no se hacen con balas. En la mitad del proceso de paz en La Habana se ha ido tejiendo lentamente la presencia de las mujeres en las decisiones políticas de nuestro país. Esta es una tarea urgente dado que más de la mitad de las víctimas del conflicto armado hemos sido las mujeres (3.657.438 mujeres), como desplazadas, violadas, desaparecidas, torturadas y discriminadas.

Otro grupo que ha sufrido crudamente la violencia ha sido la población LGTBI como muestra el documento “Aniquilar la diferencia” del Centro de Memoria Histórica, un texto que es solo una pequeña muestra de un universo de agresiones, desapariciones y discriminación generalizado y normalizado sobre gays y lesbianas en el conflicto armado colombiano. El número de víctimas registradas todavía es un sub-registro de todo lo que falta por esclarecer.

Es la primera vez en la historia de un proceso de paz que existió una subcomisión de género, algo por lo cual los colombianos y colombianas debemos estar orgullosos. Enfrentar los retos de repensar el papel de la mujer y de los grupos LGTBI en la sociedad y en la guerra, y en pensar su reparación no inician con las FARC ni tampoco se agotan en los acuerdos, pero este documento sí debe ser entendido como una puerta que se abre para la agenda nacional sobre estos temas, para la discusión de todas las organizaciones que trabajan el tema de género, las mujeres y los grupos LGBTI de todo el país.

La presencia de este enfoque en los acuerdos genera la oposición visceral de un sector de la sociedad colombiana que se niega a pensar una sociedad incluyente (a pesar de que ahora abroguen por unos acuerdos “incluyentes”). Los sectores cercanos al procurador y a algunas de las iglesias evangélicas han venido desinformando y atizando el odio sobre la población LGTBI, declarándose defensores de la Familia y llamando a votar por el NO.

Contradictoriamente, pensar una sociedad incluyente también se ha venido gestando dentro de la guerra en los últimos años. Han sido reflexiones de las mujeres combatientes las que han dado también aportes para este largo camino en el cual los acuerdos es solo uno de los escalones. Esta entrevista se realizó en el Yarí en Septiembre a una de las mujeres que ha puesto el tema no solo en la mesa de La Habana sino también dentro de las filas de las FARC, una doble tarea de romper patriarcados allá y acá: Victoria Sandino.

Algunos evangélicos que he escuchado reclaman que el enfoque de género es una imposición de la ONU sobre Colombia. Podría responderles que no es ninguna imposición, es un tema que se gesta desde las calles y montañas del país, y que toca la vida de más de la mitad de los colombianos y colombianas, y además del cual nos sentimos muchísimas mujeres orgullosas. Es el momento de vernos a las caras, ateos, cristianos, católicos, agnósticos, llamarnos por los nombres y construir espacios de discusión que destruya y de fin a tanta desinformación y odio.

¡Enfoque de género! ¡¡presente!! (o ideología, como lo quieran llamar), la negociación dejó de ser con las FARC y llegó a nuestros andenes, es momento de actuar.

¿Qué ha cambiado de Victoria Sandino antes y después de este proceso de la creación de la Subcomisión de Género en La Habana?

 

Yo creo que mucho, mucho, porque ….Es que a lo largo de estos años de lucha que yo llevo, no solamente en la guerrilla sino antes, yo tengo una militancia política desde hace bastante rato, yo fui de la Juventud Comunista y luego fui de la Unión Patriótica, y desde ahí me fui para la guerrilla, por obvias razones, lo que le pasó a la Unión Patriótica, apenas más que sustentable para cualquier decisión que una pueda tomar.

Y muchos años en la guerrilla estuve en el trabajo que llamarían ahorita de difusión, de producción audiovisual, porque yo tenía alguna idea de esto, de formación, pero sobretodo de formación con la guerrillerada, con las mujeres y hombres de la organización, de formación política, de historia, de matemáticas, en alfabetizaciones, lo que fuera. Y desde el 98 decidimos en un Pleno del 97 en el que se decidió lanzar la propuesta, la iniciativa del movimiento bolivariano, pues desde ese momento yo estaba en el trabajo político abierto,…bueno, abierto no, estaba en el trabajo de masas, entonces allí tenía la posibilidad de discutir con mucha gente urbana, mujeres y hombres.

Entonces volver a tener ese contacto que yo había tenido antes con las comunidades y de hacer mucho trabajo con ellos…y cuando yo llegué a La Habana ese era mi acumulado. Pero meterme en el tema de mujeres, por supuesto eso me genera mucho más pasión porque no solamente me identifica con todas las luchas que estamos desarrollando sino con la mía propia, yo sí entiendo las mujeres porque soy mujer, porque he luchado y he vivido esto que me ha tocado vivir a mi.

Y también este proceso, ¿cómo ha transformado a las FARC? ¿Este proceso ha tenido algún impacto dentro de la organización?

 

Tremendamente y cien por ciento. Ni siquiera un veinte, no! un cien por ciento ha transformado la organización en lo que tiene que ver con la política de género y la política de mujeres. ¿Por qué? Porque nosotros hemos hablado de que somos una organización donde efectivamente así lo es, donde las mujeres y los hombres somos iguales, es que es parte del debate que hemos hecho a lo largo del proceso de paz, es decir, medir el tema de que somos iguales lo estamos midiendo por un rango masculino, no femenino. Lo medimos como que somos iguales es decir que tenemos los mismos deberes y los mismos derechos, pero los mismos deberes es que si el hombre carga 2 arrobas, 3 arrobas o 4 arrobas pues la mayoría de las mujeres también cargan 2, o 3 o 4 arrobas y eso nos ha generado pues problemas de salud por ejemplo.

Pero incluso eso era una conciencia nuestra, que queríamos igualarnos con nuestros compañeros, para ser verracas como ellos, para ser iguales, porque no me voy a dejar, ¿sí? Entonces eso es una actitud bastante…incluso machista diría yo. Pero lo que correspondía a los derechos pues sí, tenemos los mismos derechos pero en la práctica como somos una sociedad patriarcal, como es una estructura vertical, como es machista, como hay machismo pues las mujeres no accedíamos a espacios de dirección, por mencionarlo de alguna manera. Se veía natural de parte de las mujeres que no nos cuestionáramos, porque aquí en la organización habíamos ganado un espacio muy importante, o sea, en el momento en el que uno ingresa, en comparación con el resto de la sociedad, las mujeres ganan unos derechos increíbles, de igualdad que nunca antes lo habían tenido, y aún así no éramos iguales en oportunidades y en derechos con los hombres.

Pero yo mencionaba ahorita a la periodista anterior, miren lo que ha sucedido… ahí fueron los medios a tomar imágenes a la conferencia, nosotras no hemos pedido cuotas, en las FARC nosotras no hemos pedido cuotas y eso de que en el espacio de dirección tienen que haber cuotas y tienen que ser repartido…no, pero en la dirección de la conferencia hay tres y tres. Se propuso y se fue armando y así quedó, tres y tres. Tres hombres y tres mujeres entonces eso es el significado de lo que hemos avanzado y de lo que ha cambiado la misma organización.

Quería preguntarle sobre esta construcción de la subcomisión de género, ¿Qué obstáculos tuvieron?¿Qué dificultades enfrentaron?

Muchísimos, muchísimos. Ahora antes de venirme para acá y estaba hablando con unas compañeras y me decían: ¿cierto que nosotras somos muy verracas? (RISAS). Pero es que armar esa comisión, primero fue hacer lobby para que aceptaran, para que entendieran que era necesario armarla. Esa fue una iniciativa que salió de nosotras, de nosotras de las mujeres de la guerrilla, porque nosotras estábamos pidiendo.

Desde que se inició el proceso había una campaña muy fuerte en contra de la organización, esa campaña iba dirigida de manera particular contra las mujeres, que las mujeres somos víctimas, que las mujeres pobrecitas, que no tenemos voz, que no tenemos votos, que somos una bobitas, que no pensamos, que no somos sujetos políticos, etc., y nosotras sabemos que no es así porque en la práctica no lo somos. En la organización tenemos nuestros derechos garantizados, otra cosa es que no sea igualdad o paridad como se diga.

Entonces empezamos ese debate y cuando llegaron las dos representantes plenipotenciarias que era María Paulina y Nigeria Rentería entonces nosotras empezamos a hablar con ellas. Porque el gobierno las nombró fue por eso, nosotras habíamos sacado una página Mujer Fariana entonces eso generó mucho escándalo a nivel nacional y a nivel internacional y claro, el gobierno nombra las dos Plenipotenciarias y nosotras empezamos a hablar con ellas, a ver qué vamos a hacer, porque además las mujeres colombianas estaban presionando y con mucha fuerza a que fueran escuchadas en la mesa y ya se habían leído muchas cartas ahí.

Pero ellos decían que eso no se puede porque en pleno el gobierno y las FARC ese había sido el acuerdo, no se iba a escuchar la gente en la mesa porque si no se va a venir todo el mundo, se van a venir las víctimas, se van a venir los jóvenes, y se van a venir los indígenas, y eso en la práctica sucedió, en la práctica eso fue así, allá se fue todo el mundo y allá todo el mundo habló.

Entonces cuando estas mujeres llegan nosotras las de las FARC empezamos a decir bueno, en la mesa no, pero nosotras las recibimos por fuera, pues hablemos con ellas, para escuchar qué es lo que ellas quieren, a escuchar sus propuestas. Pero ya había pasado el acuerdo de Reforma Rural Integral y el de participación política y empezamos como ese proceso, hablemos, hablemos. Y a ellas les pareció porque Nigeria era la responsable de mujeres y equidad por parte del gobierno y ella tenía que mostrar algo también y dijo ahora ganémonos estos señores, tanto los jefes de las delegaciones que son los jefes, como con los negociadores de las FARC y eso fue lo que hicimos.

Al principio cuando les dijimos y ellos dijeron “eso para qué, si ahí está todo el mundo, en los acuerdos está todo el mundo”, y pues no, las mujeres están diciendo otra cosa, entonces busquemos escucharlas a ver qué es lo que ellas están diciendo. Y así fue como empezamos a crear y se constituyó y se acordó, y lo hicimos adelante. De ahí en adelante tuvimos muchísimos problemas, pero los sacamos.

Me gustaría saber un poco sobre lo siguiente. La opinión pública tiende a infantilizar a la mujer dentro de las FARC, no las consideran sujeto político, pero lo que uno ve aquí y cuando uno habla con ellas le dicen a uno lo contrario. Ellas dicen que encontraron en las FARC oportunidades para su independencia, para desarrollar sus vidas e intereses, me gustaría saber eso, qué ocurre con las mujeres dentro de las FARC, el ideal de la mujer fariana, esos ejemplos, ¿qué ocurre con la mujer aquí?

Mire, le voy a decir varias cosas. Yo tuve una teoría hasta hace poco y yo creo que era cierta. Es que cuando las mujeres llegaban a la organización empezaban un espacio tan favorable que llegó un momento en que yo creo que muchas se conformaron con eso. Y era apenas natural, porque la mayoría de nuestra militancia son mujeres y hombres que vienen del campo por ejemplo, campesinos o campesinas, negras o indígenas, entonces claro, ante esa situación que viven en sus comunidades, incluso esos espacios de violencia que padecen dentro de sus familias, al llegar acá donde se les reconocen sus derechos, donde la mujer dice bueno, yo no tengo que tener marido y yo no tengo que obedecerle a un marido, porque ni me está mantenimiento, ni me está dando nada, si yo establezco una relación es libre, es simplemente trazada por los afectos entonces en ese sentido no me obliga a nada. Eso ya es revolucionario. Eso ya es romper.

Entonces las chicas muy cómodas, muy chéveres, entonces aquí me respetan, aquí no me maltratan pero además si me peleo con él y este pendejo entonces de pronto se le quiere ir la mano entonces pues yo también tengo un fusil y acá me han enseñado a defenderme y además hay unas normas que son muy rigurosas y que exigen el respeto a la mujer, a cada una, condena la riña, que es un delito con la violencia y la violación sexual, entonces las chicas muy cómodas porque yo voy al combate, yo voy a esto, nadie me jode, nadie me friega y puedo hablar y nadie me condena por eso, por lo que puedo hablar, por lo que puedo decir, por lo que soy, mejor dicho.

Esto fue un espacio muy importante que se ganó y que nos proyectó. Por eso la mujer…muchos se van a tener que callar y probar ahorita que la mujeres están, yo diría, más preparadas que los hombres, para la vida civil que se nos viene. Y por qué estamos más preparadas, porque las mujeres acá en la organización hicieron muchas cosas, fueron enfermeras, fueron odontólogas, fueron secretarias, hicieron muchas muchas actividades, especialidades, entonces al hacer tantas cosas, ahora que vamos para la vida…y bueno, por supuesto también se combatía, se era militar, y ahora que vamos para la vida civil, esas mujeres van a tener un campo de acción mucho más amplio, incluso en la cuestión política, va a ser mucho más amplio, porque va a haber mucho más disposición.

Muchas se acostumbraron a esa etapa que luego cuando empezamos a lo largo de estos 4 años del proceso de paz que trabajamos el tema de la igualdad de oportunidades, de la equidad, pues claro, hay una crítica profunda y una autocrítica al interior de la organización, es decir, eso es carreta lo que nosotros decíamos aquí que nosotros éramos iguales a los hombres, no, las mujeres no son iguales a los hombres, lo que necesitamos es igualdad de oportunidades y no se las dimos tampoco, porque aquí en los espacios de dirección no es lo mismo, hay mujeres que tienen, que hubiesen podido estar y no lo estuvieron y ya son muchas las voces que expresan, bueno para el nuevo partido eso tiene que quedar, esa cuenta con las mujeres tiene que quedar saldada.

Las victimas más visibilizadas han sido las que han sufrido violencia por las FARC y es completamente válido pero también hay mujeres de las FARC que han sufrido violencia por parte del Estado, muchas cosas que no han sido visibles sobre el trato a la mujer en la guerra. ¿Nos podrías contar sobre estas mujeres víctimas del estado y de la guerra?

Esa es una cuestión que apenas comenzamos a asimilar. Y comenzamos a asimilar porque muchas mujeres nuestras fueron víctimas de las fuerzas públicas, las fuerzas militares, muchas mujeres nuestras están aún enfermas por eso. Por la violaciones que padecieron, quemaduras, torturas, todo esto. Y ellas solamente después de tantos años se atrevieron a hablar de esos hechos, por un lado, y otras también por ejemplo de los hijos, de lo que ha pasado con sus hijos. Hay una compañera que estuvo en La Habana, en el tema de que su hijo lo tuvo en un hospital y la iban a capturar, ella salió, cuando quiso mandar por su bebé y ya no se lo entregaron y se lo entregaron a Bienestar (Familiar) y Bienestar lo dio en adopción según ellos dicen y hoy en día ella no sabe de su bebé. Y eso es uno de los varios casos que hay de lo que nos ha tocado enfrentar las mujeres.

Y qué ocurre, en este proceso de reincorporación es parte de lo que tendremos que tratar y es parte de lo que habrá que resolver porque el tema de la reconciliación y la victimización contra nuestras filas y en particular contra nuestra mujeres pues también tendrá que ser visibilizado si queremos lograr una verdadera reconciliación y una verdad. Si no se conoce la verdad no es posible que haya ni paz ni reconciliación en nuestro país.

Victoria, ¿cómo te vas a llamar en la cédula?

Victoria, es decir, tengo mi nombre hasta ahorita, porque nos dan los mismos documentos, pero me voy a llamar Victoria, me voy a seguir llamando Victoria Sandino Simanca Herrera que es mi apellido.

Muchas gracias.

 

Sí, muy bien.

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