Comentarios de la obra “1985. Develando una segunda oportunidad sobre la Tierra ” del grupo de Teatro Itinerante del Sol

*Adrián García Arias

 

 

 

Un ser sombrío, vestido de negro, sale de la penumbra marcando sus pasos como si fuera el tiempo, un Cronos macabro. Se detiene y sus talones marcan la pausa para echarle candela a un papel en la llama sibilante de la vela sostenida por una piedra bruta en el límite del escenario improvisado en el colegio Jean Piaget. Ese papel bien podría ser la Ley o el contrato social. 

El público, que no llega a cincuenta personas, guarda silencio y se sorprende con alegría cuando entra una mujer de sombrero negro y ruana con tejidos de molas, que se mueve delicadamente al compás de la música, tiene fuerza, pasa sus manos por el fuego de las velas que rodean la máscara blanca sobre el montículo de maíz, dándole a éste otro uso, tal vez el creador, el purificador, el del rito, a diferencia del uso destructor que le da el torvo personaje que abre la obra. Avanza al fondo del escenario, hacia una mujer espectral, y regresa al frente para gritar que tiene el remedio para curar, con yerbas y ron, hasta el miedo que se tiene uno mismo, mientras danza con el espíritu o elemental de las cosas (plantas, animales, lagunas y ríos) vestido de rojo, con máscara de diablito y agitando hojas con sus manos.

 

En ese momento, la fiesta y el baile, pasan a la tragedia de la niña, aquella que murió en el lodo ante la mirada impotente de todos los que, en vivo, a través de las pantallas de los televisores, vieron cómo se apagaba su llama. Todo es un campo santo. Colombia es eso, toda la tierra, ¿cerrarán las heridas? Una ronda de niñas entona una versión del poema “el cazador” de García Lorca y, bajo el agua, la niña le pide a su madre que ya no la busque más. El padre entrega la semilla para sembrar en la tierra, mientras la futura viuda -preñada- lee la carta del hombre que, desde la guerra, promete volver con semillas de guama para quedarse. La muerte llega con sevicia y los “humanos del maíz” se rebelan, danzan y ofrendan a la tierra, junto al jaguar y la curandera, que deja en la piedra la llama de la paz para terminar con la violencia. 

El público aplaude, pero no se va… Todavía, creo, impactado por la obra que vimos, como un teatro litúrgico de la Tierra, como la celebración de una ceremonia solemne, triste y llena de esperanza al final, como cuando se tiene la cura para la peste, luego de un largo periodo de lágrimas en esta tragedia que es Colombia. Beatriz Camargo y su grupo Teatro Itinerante del Sol, se presentaron en Florencia, ella como una sacerdotisa (pitia) y ellos como unos ministros que creen que la humanidad merece una segunda oportunidad sobre la tierra. Entregado el oráculo, los asistentes nos marchamos en armonía.  

Beatriz Camargo es bogotana, nacida el 31 de enero de 1946. Estudió filología e idiomas en la Universidad Nacional de Colombia y teatro, con el Maestro Santiago García, en la Escuela Nacional de Arte Dramático, luego ingresó al Teatro La Candelaria. En 1982 decidió crear su propio grupo, El Teatro Itinerante del Sol, con Bernardo Rey, haciendo el ejercicio de conectarse con la Tierra, a la manera de los antiguos adivinos, encontrando el camino estético y formativo que denominó Biodharma. 

Estudió en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq en 1984, gracias a una beca del gobierno francés. Una vez en tierra franca hizo contacto con importantes escuelas como la del Odín Teatro, dirigida por Eugenio Barba, la escuela de teatro de Wroclaw de Grotowski y luego invitada al Teatro Bread and Puppets de Peter Shuman en Vermont, Estados Unidos. También estudió con Shiro Daimon, actor, dramaturgo, bailarín y coreógrafo japonés experto en teatro del NO y en danza Kabuki. 

Así que tuvimos la inmensa fortuna de ver a una mujer con una experiencia valiosa en el mundo de las artes escénicas. Al final de la obra, ella contó brevemente su vida para inspirar a los niños y niñas presentes en un teatro improvisado que no necesitó más que de unos telones, unas pocas luces y del público, para recibir a un grupo que se puede presentar en los mejores teatros del mundo. 

VIDEO: Fragmento de la obra

 

PS. Cultura es más que hacer, cada año, un reinado con cabalgata durante tres largos meses en los que llueve mucho…

 

*Odontólogo

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