“Nosotros nacimos de la nada”: Memorias de colonización campesina y violencia bipartidista en el Norte Caqueteño (1934 – 1958) a través de la vida de Chucho Guzmán.

Para hablar de los procesos de consolidación campesina, agraria y rural en el norte caqueteño, es necesario remontarnos a sus actores, personajes migrantes que pasaron de un lado a otro abonando terreno para asentar su vida en las cordilleras caqueteñas. Tal es el caso de Jesús “Chucho” Guzmán, uno de los hombres mas reconocidos en el mundo rural caqueteño, por su liderazgo en torno a asociaciones campesinas que propendieran por la unidad de este sector entre las cuales destacan SINDIAGRO (Sindicato de trabajadores agrícolas del Caquetá), de la que hizo parte como su Cofundador en 1972.

 

En memoria de Benedicto Valencia, Campesino, Líder social de la Vereda Miraflores, Las Guayas (Puerto Rico, Caquetá).

 

 

 

 

 

 

 

Oscar Arnulfo Cardozo*

 

 

Para hablar de los procesos de consolidación campesina, agraria y rural en el norte caqueteño, es necesario remontarnos a sus actores, personajes migrantes que pasaron de un lado a otro abonando terreno para asentar su vida en las cordilleras caqueteñas. Tal es el caso de Jesús “Chucho” Guzmán, uno de los hombres mas reconocidos en el mundo rural caqueteño, por su liderazgo en torno a asociaciones campesinas que propendieran por la unidad de este sector entre las cuales destacan SINDIAGRO (Sindicato de trabajadores agrícolas del Caquetá), de la que hizo parte como su Cofundador en 1972.

Sin embargo, para llegar hasta allí, tuvieron que pasar numerosos días a lomo de burro entre Tolima, Huila y Caquetá

“…. Mi papa pensó que él tenía que aspirar a un pedazo de tierra para enseñarnos a trabajar porque no tenía dinero para los estudios ni nada. Y pensó, yo soy de Ibagué, del Tolima. Y entonces él dijo aquí las tierras son muy caras, yo con que compro una hectárea. Tengo que buscar pu allá, me hablaron del Huila, que había tierras muy buenas y baratas. Lo cierto fue que un día se enviajo Pal Huila, pa ver si conseguía a donde enseñarnos a trabajar porque eramos catorce entre hombres y mujeres”[1]

 

Primera migración: De Ibagué a Santana Ramos.

Sin embargo, los andares del camino no llevaron precisamente a la familia Guzmán al destino al que debían llegar: Prado (Huila). Siguieron un poquito más para allá, a Santana Ramos fueron a parar. Pero aquel Santana Ramos de entonces no era más que selva y monte. Muchísimo terreno baldío, poca producción agrícola y una soledad incesante nunca fueron factores que quebraron el espíritu de la Familia Guzmán que por el contrario lo dejo todo en su natal Ibagué, para empezar de cero en las portentosas tierras caqueteñas,

“Vino al Caquetá y se dio cuenta que había baldíos. De una se entrevistó pu ahí con la gente, pu ahí pa una vereda. Se metió pa una vereda que se llamaba Arenosa y había como cuatro campesinos colonos pu allá en la región y dio mano de vueltas rozando como una hectárea en los baldíos, la gente le ayudo, le colaboro, lo acomodaron. Y cuando llego de regreso a Ibagué, dijo que iba a realizar lo que pudiera vender pa venirnos pal Caquetá”

Era ya 1934. Ultimo año del mandato de Enrique Olaya Herrera, liberal boyacense que llegó a la presidencia en los albores de las alianzas bipartidistas. Puede contarse como relevante la construcción de la carretera Campoalegre – Sanjuanito – Santana Ramos – Guacamaya – San Vicente del Caguán[2], como ultimo aporte para esta región olvidada desde entonces. Y sí que fue importante esta carretera ante la complicada topografía del sector,

 “De Algeciras a Santa Ana echamos unos 3 días de camino a pie, eso son ciento y pico de kilómetros y por una trocha, banca primero. Primero, 44 kilómetros con una banca, se entra pa Guacamayas. Usted debe haberlo visto, Guacamayas. Y después sí se abre por una trocha cargado con bestias y con Jotos a la espalda. A mí me toco traer a un primo, estaba como de 3 años, a la espalda, imagínese”

Pero el proceso de colonización en Santana Ramos no vino solo. Los Guzmán junto a las pocas familias que completaban unas cinco casas en la zona no la tuvieron fácil llegando a padecer profundos episodios de crisis económica y en algunos casos de hambruna,

 “Entonces nos agarró una pobreza muy tremenda, hermano. Mi mama pa podernos lavar la ropa le tocaba coger una planta que llama Tusara pero pu”alla la llaman Guaba y es una, usted tal vez la habrá oído, de pronto no, es una planta que sube, como otra cualquier planta, de una planta que es parecida a un bejuco y echa unas espigas así y esas espigas es como jabón. Eso mi mama cogía eso y lo echaba en una vasija y lo machucaba todo eso, eso daba espuma y con eso lavaba la ropa. Pero se le pelaron las manitos, y no teníamos con que comprar jabón, una pobreza muy terrible. Entonces, eso a mí me dio mucho desconsuelo”

Junto a lo anterior, la violencia incesante, no daba tregua sobre la zona. Liberales y conservadores se encontraban en plena disputa por controlar todo el mundo rural. Según menciona Monseñor Guzmán, Orlando Fals y Eduardo Umaña, Caquetá era parte de uno de los 13 departamentos del país en donde el periodo conocido como “La Violencia” tuvo mayor impacto sobre todo en su mundo rural [3],

“En esa época la guerra era por las tierras, sí. Por los ricos tomarse las tierras y sacar a los pobres de donde estaban en las tierras. Esa fue la pelea. Entonces, hubo tanta pobreza que mi papa le tocó abandonar la finca y colocarse pu allá con un señor contrario políticamente y como ya estaba formado, yo ya tenía cizaña de venganza porque nos habían sacado también, ya habíamos sido perseguidos”

Así se formó entonces, lo que hoy conocemos como la vereda La Arenosa, corregimiento de Santana Ramos, Municipio de Puerto Rico, departamento del Caquetá. Su historia se define entonces, como un producto de los procesos migratorios, la organización de hombres desplazados por los azares del conflicto armado y un puñado de cinco familias campesinas cuya base de subsistencia mas allá del ejercicio productivo, correspondía a procesos de solidaridad y ayuda mutua expresados en los Jornales compartidos,

 “…entonces ya el señor muy contento, claro, porque llegábamos nosotros. Era un consuelo más, pues era un baldío menos solo y nos hicimos amigos de los cuatro vecinos que había en esa zona y a mí por voliar machete me daban un jornal de ellos voliando hacha, hay había una ventaja, una colaboración que me hacían. Y por el hermano que me seguía, por dos jornales de él nos daban uno de cualquiera de los otros patios y con el trabajo, entonces le ganamos al uno, le ganamos al otro, y al otro, y al otro, y nos pusimos de acuerdo dos semanas e hicimos un acuerdo y los vecinos nos ayudaron en los otros y íbamos ahí de primeros. Después nos ayudaron a tumbar dos hectáreas. Los otros eran cuatro familias más, si”

Sin embargo, vino el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948. Habían pasado apenas 12 años desde que los Guzmán se habían asentado sobre la zona. Ya tenían casita, cultivos y una vida que contar. Pero de nuevo, la violencia golpeó a casa, una violencia en la que definirse de un lado o de otro, costaba caro, la vida misma,

 “…Trabajamos 12 años, si, teníamos ya, un poco más o menos, como 12 o 15 reses, y, cuando se viene la matada de Jorge Eliecer Gaitán, si, y como eso, todo eso es liberal, allá nos llegó una comisión de, como de 25 campesinos, sí. Y nos quitaron hasta un cuchillito que teníamos así de pela plátanos, nos quitaron las peinillas. Eran de la misma zona. Había llegado alguien que los había promovido, si, de los mismos campesinos y como era que el problema político activista, era muy verriondo mano, si, muy aguerrido, si, entonces, hay quedamos en una minoría, estábamos por ahí, en una minoría, en las elecciones eran 600 votos liberales, por 12, 15 conservadores, estábamos en una minoría muy tremenda, hacían lo que querían con las minorías, bueno”

Quizás fue el buen trato entre campesinos lo que logro amilanar un poco aquel funesto periodo, el de “La Violencia”. Allá en Santana Ramos, no importaba tanto ser godo o liberal, puesto que unos y otros sabían de sus orígenes ambulantes, quizás lo que más valía era como ayudarse entre hermanos de labranza de la tierra,

 “ Entonces, siguió la guerra, pero de todas maneras, nosotros nos hicimos al cariño de la gente que fue dentrando nueva. Nos querían mucho y entonces a ultima hora, un señor, un señor Elias Pinto, me hice amigo de él y entonces él me daba, él me daba trabajo pa comprar la sal, si y entonces yo le trabajaba a él y él se hizo muy amigo de nosotros y le compartimos muy bien, pero el Liberal y nosotros contrarios, si. Tenía ese viejito, tenía, un viejito que me toco ir a recibirlo que se llamaba José Antonio y muy liberal y guerrero en la guerra de los Mil Días a ese la aprendí las historias que nos contaba, después me volví estudiante de ese señor, esa fue la universidad mía”

Lo que en su momento empezó como un grupo de chismeros alzados en armas, se convirtió en una estructura guerrillera que a la postre serían las FARC EP. Su presencia en Santana Ramos tuvo gran acogida dada la ubicación liberal de la gran mayoría de las familias que la habitaban. Justo allí, junto a Guayabal, Puerto Amor y Guacamayas, Manuel Marulanda, alias “Tirofijo”, pasaba los días animando la vinculación de campesinos con los que departía a diario. Justo allí, posteriormente, tuvo presencia el M-19, liderados por un Carlos Pizarro, que en gran medida aprendía de la vida armada que nunca había sentido en su terruño bogotano. Justo allí, en palabras de Jacobo Arenas “Es cuando comienza lo que hoy tenemos en el Caquetá[4] .

Y no es para menos, Santana Ramos fue epicentro de la conocida Emboscada la Perdiz[5] y del pleno del estado mayor de las Farc a mediados de 1960. Sin embargo, para los Guzmán nada de esto era favorable pues eran conservadores a excepción de su madre, una sentencia en medio de los rigores de armas arriba que invadían la zona

“…Ellos principiaron fue matando conservadores, sí. Entonces fue que ya cambio la política y ya Tirofijo ya resulto no solo matando conservadores sino del que no lo seguía, como siempre, entonces mataba ya, entonces ya dijeron que eran comunistas que yo no sé qué, y se casó otro brazo guerrero mano. Bueno, de todas maneras, eso, se vino la contradicción, cuando se viene un brazo, un grupo de la chusma llamamos en esa época y nos sacaron hermano, nos sacaron, nos tocó coger la montaña. Duramos dos semanas aguantando hambre, escondidos en la montaña por no dejarnos matar, sí. Era una historia grande también. De todas maneras no pudimos, pensando salir a Puerto Rico, entonces no pudimos, pu allá, eso nos envolatamos, eso la selva es muy despistadora, usted coge a andar en la selva e irse en la Cordillera, le da la vuelta a un morro y parece que usted va andando Pu allá, y mentiras que usted está dando una vuelta, y no pudimos, duramos, dos semanas aguantando hambre, comiéndonos una pepita de chocolate, en pepa por la mañana y otra por la tarde y el resto comiendo cogollos de palma. Y eso porque mi mamá en las carreras cuando le avisaron cuando iban por nosotros tenía un poco de cacao por ahí secando, cogió y lo echo en un talego, fue la salvación pa nosotros”

Dos semanas duraron, hasta que se acabó la única ración de chocolate que había. Pepitas, boronas, restos de nada. Solo quedaba una cosa por hacer: matar o morir, el círculo que en muchos casos salvaba o condenaba a familias enteras en este Caquetá indómito entre 1934 y 1958,

 “…Ya viendo que no pudimos salir, resolvimos hacernos matar pero no entregarnos, dijimos, nos salimos, andábamos ocho personas, hombres, ya formados, jóvenes bien, y pensamos, dijimos, bueno, nos salimos, afilamos bien las peinillas y cuando nos lleguen a atacar nos humillamos mientras se nos acercan y nosotros ya, con aspiraciones de guerra también, al ver que no podían los otros, nos matan pero también morimos peliando, eso fue lo que pensamos. Y claro, salimos a la Finca y cada vez, con ese cuidado, mire pa ca, mire pa allá, llegamos y encontramos los cercos del solar de la casa que eran de madera, descolgados así, incluso con machete. Alguien había ido, les había dado machete a los cercos, entonces, y se subió arriba y desparpajo ese maíz que había, abrió las tablas y todo, esa vez lo jodieron el maíz trillado. Dentro a hacernos un mal, el que fue y era alguien que habían mandado el jefe de la guerrilla, que se diera cuenta, porque el insistía en que nos fueran a buscar porque él nos encontraba que éramos cuatro manes, mi papa y los tres hijos. Y que a mi mamá no le hacían nada porque mi mamá era liberal y todo lo sabía la gente, si”

La orden era clara: Matar a los cuatro hombres de la familia Guzmán. Todos conservadores, todos carne de plomo para justificar el accionar político sobre la zona. Y es que ni Chucho, ni sus hermanos, ni su padre, jamás se involucraron en política, ni apoyaban algún tipo de candidato. Pero el rumor fue mas fuerte. Tenían que huir con lo que pudieran, dos veces no podrían salvarse ante el grupo de 25 guerrilleros que venían detrás. Por fortuna, entre campesinos se ayudaban, sin importar el color político, pues aun siendo liberal, un señor llamado Elías Pinto les ayudo,

Bueno, de todas maneras, nosotros salimos, vimos esos daños y de una vez, como yo era muy amigo con el señor Elías, arrancamos pa allá. Le dijimos a mi mama, váyase mama, como dé lugar, a ver que noticias nos ha dado de Elías, y la viejita se fue pa allá. Pa saber que noticia nos tenía. Cuando don Elías vio a la viejita, dizque se puso a llorar, igual, cogieron a don Elías y a los muchachos y mi mamá llegó y saludó a los viejitos ahí también, el señor y le preguntó, y dijo nadie, de los muchachos, dijo allá quedaron en la casa , y dijo que se vayan porque van pa allá, una comisión de 25, salían pa allá hasta que los cogieran y eso, salían esta mañana, y si no han llegado, ojala todavía no lo hayan cogido”

Segunda Migración: De Santana Ramos a Puerto Rico.

Volver a la trocha, al monte, al paso de canoas entre punto y punto. Ahí en la línea entre Caquetá y Huila todo se definía para los Guzmán. Otra vez cogiendo camino, esta vez obligados a defender su propia vida. Un liberal, un campesino liberal, la tabla de salvación en un mar de salvajismo bipartidista

 “… Ese señor Elías, nos ayudó a salir por una trocha, por un filo, y caímos al río Guayas y cruzamos, y cogimos una trocha que venía de Santana pa Puerto Rico. Pu allá tenían retenes, pero el señor nos favoreció y cuando fuimos a pasar, el retén que había tenía más de seguridad de ellos, los habían relevado, y se fueron. Todos son obras del señor. Y cuando ellos se fueron a ver qué pasaba porque no les mandaban el relevo, en ese momentico fue cuando pasamos nosotros. Bueno, llegamos a Puerto Rico, llegamos, un hermano mío se pegó por ahí echando un machetazo, una rodilla. Todo eso, despedazado la ropa. El único que llevaba bermuda era yo, y el resto todos, mal. Llegamos a Puerto Rico, al Guayas, ya estaba la noticia de que la chusma había atacado a Santana Ramos, y que esperaban que salieran ahí, estaban ya prevenidos, con mucho miedo. Pero también tenía la idea de que pronto llegaría gente del Huila. Tenían un pasero ahí oficial, tenía su canoa en el Río y en el momento en que nosotros llegamos el pasero oficial, se oscureció, pu allá pa un paseo, no sé qué, y busco a otro pa que lo remplazara. Cuando nosotros llegamos a la orilla del río, un poco de lavadoras, al otro lado del río, lavando, cuando vieron, como 8 personas en grupo. Eso se asustaron esas mujeres y unas recogieron la ropa, y recogieron las telas, eso, y otras, y una sola viejita se quedó que gritaba: Paso ¡Paso ¡Era la forma de llamar la canoa”

Ya no había mucho por hacer entonces, era ser descubiertos o intentar una última maniobra intentando atravesar las 280 hectáreas del río Guayas en los límites entre Puerto Rico y Doncello. Sin dinero, sin bastantes posibilidades, huyendo y liberales. Ya diría Don Chucho: “Todas son obras del señor”. Y ese día lo tenían de su lado, sobrevivieron

Paso era para que el canoero pasara la gente, sí. Y entonces, esa viejita si no se fue, mano, esa se quedó ahí y gritaba, hasta que llego el muchacho, y se cogió la canoa y se embarcó y cuando llegó allá, que pasaba. Entonces ya le dijimos, si nos hacia el favor de pasarnos, ya nos habían dicho que valía 50 centavos el paso y nosotros no llevábamos ni uno, mano. Entonces, lo primero que dije, fue que por cuanto nos pasaba. Entonces, él dijo que eso valía 50 por persona y le dijimos que pena, no llevábamos nada, que éramos del Huila, que yo no sé qué, que sisecuando, dijo, pues yo los voy a pasar, pero está prohibido de tres personas en adelante, no pasar a nadie. Pero como yo no soy el Pasero oficial, todas son obras del señor, yo creo mucho, tal vez en el señor, eso me ha favorecido muchas veces. Y entonces, en esa época, uno no se acordaba ni de Dios, mantenía uno preocupado de los trabajos y todo. Entonces, ya nos hizo el viaje y todo. Entonces, como yo no tengo ni una orden judicial, ni el oficial me dijo que los pasara, yo no fui a pasar. Bueno, y nos pasó. Nosotros toda la chorrera pa la plaza, que era el parque de Puerto Rico, la plaza y así quedo el control de la policía y el cuartel de la policía ya se había dado cuenta y estaban atrincherados, y nosotros íbamos a pedirles remplazo o auxilio a ellos, sí. Y resulta que, claro de la chorrera pa allá preguntamos que donde quedaba el cuartel de la policía. Y la gente toda amontonada allá, que nervios. Nos dijeron mire allá donde se ve esa matera allá es el cuartel de la policía” 

Tercera Migración: De Puerto Rico a Belén de los Andaquíes.

Puerto Rico (Caquetá), no era precisamente un lugar seguro para migrantes conservadores en plena violencia bipartidista. Familias azotadas por la violencia conservadora desatada entre familias después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, fundaron de manera incipiente cuatro municipios del norte caqueteño: Doncello, Paujil, Montañita y Puerto Rico. Este último, un bastión para el asentamiento de estructuras armadas que no reconocían ninguna forma de estado en su zona. Allí, por fortuna, el poco capital social que el padre de Don Chucho había hecho con militares, policías y políticos conservadores, tuvo sus réditos,

Allá nos tocó quedarnos pa conseguir dinero, conseguir ropa pa que mi papa se pudiera venir. Había un señor que era intendente que se llamaba Daniel Díaz. Mi papa hace 15 días había conversado con ese mismo señor, mas, como 2 meses. Era del comité conservador, por eso le tenían rabia también. Mi papa llego aquí a Florencia, como pudo, salió a Puerto Rico, de allí había que caminar hasta Montañita. Vino aquí y llego hasta la intendencia. Dentro hasta la intendencia y saludo a Don Daniel, ellos eran conocidos. Le pregunto por Santana, él sabía que la chusma había atacado pero que no tenía noticias de la primera comisión que habían tenido pu allá. Le pregunto por la familia, habían quedado allá y no sabían si estaban vivos o estaban muertos. Don Daniel le dijo: Que pena, el presupuesto de calamidades se acabó, no hay nada. No le dio ninguna solución. Pero había otro señor poniéndole cuidado a lo que le estaba diciendo a Don Daniel. Mi papá salió todo desconsolado sin nada que poder hacer, cuando el otro señor lo estaba esperando: Señor, lo acompaño en la pena, pero ese señor no le dio ninguna solución. ¿Qué va a hacer? Hay una solución: Vamos pal batallón, allí si están ayudando las partes con desorden social”

Ya era 1955. El presidente Gómez había sido derrocado en un golpe de estado por el General Rojas Pinilla. Su primera orden tras una infructuosa paz con los liberales alzados en armas: Todos los militares recuperen las tierras de los antiguos latifundistas y saquen a todos los chusmeros que las hayan invadido. Del otro lado, una solo orden: Todos los campesinos armados, defiendasen, no se dejen sacar e intenten pelear por una verdadera reforma agraria. La violencia continuaba, en medio de todo eso, una familia intentando buscar hogar, uno definitivo,

 “…Eran las 4 de la mañana cuando mi papa oyó movimiento de tropas, de carros. Cuando dijeron: El de Santana donde esta ¡Que se lo lleven ¡Fueron y lo llamaron al casino! El teniente le dijo: Salen 3 camionadas de acá pa rescatar las familias. Echaron un camionado adelante, echaron un camionado atrás. En el camión en el que echaron a mi papá, también iba el comandante que le hizo conversa a mi papá. Resultó siendo hermano de un amigo de mi papá y tenía otro en Puerto Rico que lo habían matado. También era conservador ese comandante. Tres días se demoraron hasta que llegaron a la vereda, la política de Rojas Pinilla era clara: Donde había mayorías liberales enviaban comandantes conservadores y donde eran mayorías conservadoras mandaban comandantes liberales. Esa fue la política de Rojas Pinilla para tranzar un poco la violencia”

Volver a Santana Ramos tras un periplo de dos migraciones y verlo desolado había quebrado al mayor de los Guzmán. El padre de Don Chucho no tuvo ya más espíritu para rehacer desde la nada. Primero fue Florencia, la plataforma ideal para buscar nuevos destinos, finalmente el alma campesina no puede ser encerrada en una ciudad. De allí, un lugar conservador, por eso de encontrar refugio entre los mismos: Belén de los Andaquíes. Este pueblo se mostraba nuevo, pujante, con apenas 41 años de fundado y un nombre que definía perfectamente lo que buscaban los Guzmán: “Gente de la montaña”[6]. ¿Y más conservador pa dónde? Belén de los Andaquíes cuna de los indígenas Andakíes fue colonizado a punta de biblia y fuego desde el siglo XVIII por la orden Capuchina y 1000 colonos que diezmaron a sus antiguos habitantes. Su escudo mismo contiene dos hachas que posan sobre la imagen del ultimo  Andakí, como si señalara el modo como se fueron abriendo paso los primeros colonos de la zona, a punta de corte y tala[7]. Esté, seria el ultimo periplo de los Guzmán. Don Chucho, el último de los catorce, también cogió vuelo allí y su historia, es pieza de colección para entender como la migración voluntaria y forzada, la pobreza y la violencia, constituyeron lo que hoy día fueron los primeros cimientos de municipios construidos básicamente desde la nada, frase con la que el enorme Jesús Guzmán, empezó este interesante relato

 “Se perdió el trabajo de 12 años en esa vereda. Se perdió el tiempo de 12 años que trabajamos allá. Llegamos a Florencia. Mi papa busco Belén, un pueblo conservador por todo el tema con los liberales. Luego mi mama murió, mi papa también, quedamos solo los hijos. Eran ya los años 60 cuando nos instalamos en Belén. Fue en el 58. Yo me case en el 58 allá en Belén. Alla dure dos años de novio con mi señora. Ya me ubiqué en trabajar, mis hermanos también se abrieron, todos regados, pobres, jodidos, no se conseguía ni trabajo. Usted le ayudaba a un vecino, luego el vecino le ayudaba a usted. Luego me casé, y me abrí pa la cordillera a trabajar, pa Belén, primero cogí un punto pal lado de Albania, haciendo finca, nosotros nacimos de la nada. Hice un abierto pu allá, me metí a la cordillera a trabajar con el aserrío sacando bloques de Cedro. Se formó el hogar e hicimos la finca, tuvimos 8 hijos, se nos murió una niña nos quedaron 7, por ahí andan. Luego vino el problema del estudio, por allá solo había una escuelita en Belén, eran 3 horas de ida hasta allá. Así se formó la vereda, con más gente. Pero antes no había nadie, yo fui colono de esa vereda, no había sino un vecino, yo fui el segundo. El vecino murió a los dos años de haber entrado yo y quede yo como el primer colono”

Entrevista

Jesús “Chucho” Guzmán. Realizada por el Sociólogo Caqueteño, Camilo Perilla. Septiembre del 2016.

 

Bibliografía

Alape, Arturo. Manuel Marulanda “Tirofijo”: Colombia, 40 años de lucha guerrillera. Año 2000

Centro Nacional de Memoria Histórica. Informe “Tomas y ataques guerrilleras: 1965 -2013”. Año 2016

Centro Nacional de Memoria Histórica. Informe general “Basta Ya”. Capítulo 2. Págs. 110-195. Año 2013

Monseñor Guzmán; Umaña, Eduardo; Fals Borda, Orlando. La violencia en Colombia: Estudio de un proceso social. Año 1986

Orjuela Romero, Yenny Maritza. Efectos de la violencia política en la construcción de la paz y la integración territorial en Colombia. La situación de los departamentos de Caquetá y Atlántico (1990-2000). Tesis de Maestría en Ciencia Política. Universidad Católica de Colombia – Universita Degli Studi Di Salerno (Italia). Año 2016

Revista Semana. Polémica por estatua de Santos en pueblo donde gano el “No”. 28 de febrero de 2017

 

Webgrafía

Canal 13. Pagina Web. https://canaltrece.com.co/noticias/belen-de-los-andaquies-102-anos-aniversario/

 

Crónicas Chucho Cataño, Blog Personal. http://catanochucho.blogspot.com/2017/05/hasta-luego-companero-mechiblanco.html

Gobernación del Caquetá. Pagina Web. http://www.caqueta.gov.co/departamento/historia-del-caqueta

Historia de Algeciras (Huila), Blog Personal: http://historiadealgecirashuila.blogspot.com/

Plan departamental de Agua, PDA Caquetá. Pagina Web. http://www.pdacaqueta.gov.co/index.php/belen-de-los-andaquies#bandera

Rebelión. Colombia: 50 años de violencia. Página Web. https://www.rebelion.org/hemeroteca/plancolombia/leech290602.htm

Red Memoria Colombia. Fundación, Pagina web. http://redmemoriacolombia.org/site/sites/default/files/LT%20Caqueta%20con%20logos.pdf

 

[1] Entrevista realizada en el mes de septiembre del 2016 por el Sociólogo Caqueteño, Camilo Perilla.

 

[2] Tomado de Historia de Algeciras (Huila): http://historiadealgecirashuila.blogspot.com/

[3] Monseñor Guzmán Campos; Eduardo Umaña Luna; Orlando Fals Borda. La Violencia en Colombia: Estudio de un proceso social. 1986

[4] Manuel Marulanda “Tirofijo”: Colombia, 40 años de lucha guerrillera. Arturo Alape. Pág. 104

[5] Véase el informe “Tomas y ataques guerrilleros: 1965-2013” del CNMH, 2016. Pag.245 http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes-accesibles/tomas-y-ataques-guerrilleros_accesible.pdf

[6] Traducción del Andakíe al español de Belén de los Andaquíes. Tomado de Canal 13, Pagina web. https://canaltrece.com.co/noticias/belen-de-los-andaquies-102-anos-aniversario/

[7] Véase página web del Plan Departamental de Agua del Caquetá ( PDA): http://www.pdacaqueta.gov.co/index.php/belen-de-los-andaquies#bandera

 

 

*Sociólogo Huilense. Investigador adscrito a la Universidad Nacional de Colombia en las líneas de Memoria, Conflicto y Territorio. Columnista del periódico El Espectador, Al Poniente y las 2 Orillas. Investigador auxiliar en el libro “Vivencias y reminiscencias en el Sumapaz”, Alcaldía local de Teusaquillo.

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