Crónica del Paro Cívico Nacional 2019 en el Caquetá: el miedo al cerdo no fue suficiente

En 1954 el novelista inglés William Golding publicó su emblemática obra; El señor de las moscas, un libro en el que a través de la historia de un grupo de niños atrapados en una isla, se muestra la manera en que una sociedad puede ser gobernada por una élite que al carecer de capacidades políticas, reflexivas y democráticas, apela al miedo como instrumento de dominación.

Víctor Ospina*

 

 

 

 

 

En 1954 el novelista inglés William Golding publicó su emblemática obra; El señor de las moscas, un libro en el que a través de la historia de un grupo de niños atrapados en una isla, se muestra la manera en que una sociedad puede ser gobernada por una élite que al carecer de capacidades políticas, reflexivas y democráticas, apela al miedo como instrumento de dominación. La vida en la isla es controlada por un grupo de fervientes seguidores de Jack, un líder que vocifera, intimida y señala a quien ose contradecirlo, y para hacer más efectivo su dominio, creó la imagen de un monstruo que reside en una cueva y que amenaza con afectar a la población. Por eso, el líder hace instalar la cabeza de un cerdo en la entrada de la gruta, para que la imagen del porcino retenga al monstruo en su interior, pero a la vez, sirva de mecanismo de intimidación y control sobre los habitantes de la isla.

 

 

 

 

 

 

 

Líder de la isla luego de instalar la cabeza. Tomada de: http://literalmagazine.com/la-violencia-que-somos/

 

Teniendo en cuenta el aspecto geográfico, es obvio que Colombia no es una isla, sin embargo, en lo político podría asegurarse que sí se encuentra aislada de la democracia, ya que desde el surgimiento de la república el dominio de ésta se ha mantenido en las manos de unas pocas familias, pues “en la historia de este país abundan ejemplos de alianzas familiares que terminaron creando castas políticas duraderas. Existen varios casos de padres e hijos presidentes; incluso nietos” (NY. Times, 2018). Mientras que en los demás países de Latinoamérica han vivido la experiencia de tener gobiernos progresistas, en Colombia este fenómeno, entre otras cosas, ha venido colmando la paciencia de un amplio sector de la sociedad, pues mientras las élites se ufanan de sostener la democracia más antigua de América Latina, es precisamente la falta de ésta lo que ha conllevado a que el país terminara siendo en gran parte dirigido por un personaje autoritario, que con la creación de monstruos como; El Terrorismo y El Castrochavismo, logró poner en la casa de Nariño a un personaje que emulando al cerdo de la isla, no logró atemorizar lo suficiente a los habitantes del país, puesto que desde el 27 de Octubre ya se sentía un descontento mayúsculo, hecho que se materializó al cerrarse las urnas de las elecciones regionales, en las que el partido del líder  salió como el gran perdedor de las contiendas.

No obstante, el mensaje que dejaron los colombianos en las urnas no fue suficiente para que las élites reflexionaran e hicieran un nuevo planteamiento de las políticas que han aplicado y prometen implementar, ya que al igual que sus antecesores en el poder, pretenden seguir gobernando de espaldas al grueso de la población y beneficiando a unos pocos grupos empresariales del ámbito local, así como obedeciendo ciegamente a los designios de instituciones financieras de orden internacional. Esto se puede ver en una serie de reformas que en materia financiera, laboral y pensional, entre otras, terminarían reduciendo el bienestar de millones de familias colombianas, ante lo cual, un amplio sector de la sociedad se dio a la tarea de organizar una actividad que permitiera crear los canales de comunicación que conllevaran a poner freno a dichas reformas, cuyo conjunto fueron denominadas; “El Paquetazo de Duque”. Para ello, las centrales obreras convocaron a un Paro Cívico Nacional a partir del 21 de Noviembre. Pero al igual que en otros tiempos, las élites se llenaron de eufemismos para justificar las reformas, y de señalamientos para deslegitimar la movilización social que se avecinaba.

 

21 de Noviembre – 21N

 

Siguiendo la costumbre, los principales medios masivos de comunicación habían tratado de crear un ambiente de zozobra y temor, promoviendo una campaña creadora de monstruos, haciendo eco a las palabras del chancho. Apelaron de nuevo al Castrochavismo, esta vez acompañado del Foro de Sao Pablo y el senador Gustavo Petro. Promesas de bloqueos, saqueos, sangre y barbarie, fueron la constante estrategia de intimidación que invitaba a no salir a la calle ese día. Sin embargo, también en el Caquetá se le perdió el temor a la cabeza del cerdo, y miles de personas en la capital, así como también, en municipios como San Vicente y Cartagena del Chaira, desbordaron las calles principales para rechazar de diversas formas las decisiones tomadas por el gobierno, pues éstas, no sólo son negativas en lo correspondiente a las reformas incluidas en El Paquetazo, sino que se ven reflejadas en aspectos como; la no implementación de los acuerdos de paz, la inoperancia frente al asesinato sistemático de líderes sociales y ex combatientes de la insurgencia, el etnocidio que se está llevando en el departamento del Cauca, el visto bueno a prácticas de extracción petrolera como el Fracking, el aval para la cacería de tiburones, la apatía frente a los monumentales casos de corrupción, el asesinato de 18 niños y jóvenes a manos de la fuerza pública, etc. Esta serie de causas estaba en consonancia con la diversidad de grupos que salieron a manifestarse, pues entre las masas se podía encontrar desde el sindicalista curtido de tantas luchas por el bienestar de los trabajadores, pasando por grupos feministas, madres pidiendo escuelas con calidad, grupos de animalistas, y organizaciones campesinas, hasta jóvenes ambientalistas que nunca habían probado las mieles de la protesta social.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Familias y organizaciones sociales marchando juntas. Fotos: Claudia Rodríguez Ferreira

 

El día culminó con actividades inusuales a nivel nacional y local. En ciudades como Bogotá y Cali, varias personas sembraron pánico en algunos sectores en los que generaron desmanes con claras intenciones de desacreditar el paro. En Florencia, también un sector de la ciudad (Barrio Pablo VI) se vio sobresaltado con el ruido de las cacerolas que un grupo de pacíficos estudiantes de la universidad, produjo con el objetivo de marcar un precedente local frente a las inconformidades con las reformas gubernamentales.

22 de Noviembre – 22N

El viernes 22 de noviembre un número significativo de ciudadanos volvieron a hacer sentir su voz de protesta, esta vez se congregaron en la plaza principal donde el ruido de sus cacerolas retumbaba frente al edificio de la alcaldía. Hasta allí llegó un grupo de estudiantes que se desplazó desde la universidad de la Amazonía para unirse a la protesta.

El evento se realizó a tono con manifestaciones a nivel nacional, en las que la ciudadanía emitía un mensaje contundente al gobierno nacional; el paro sigue. Finalmente, el evento culminó con un desplazamiento improvisado que un buen número de manifestantes realizó hasta el sitio conocido como; la glorieta de los Colonos, actividad que no presentó mayores alteraciones al orden público y dejó en la retentiva de los transeúntes un mensaje de persistencia en la lucha.

26 de Noviembre – 26N

Esta vez, tanto en Florencia como en el resto del país, las voces se hacían más fuertes, fruto de la indignación por el asesinato del joven Dilan Cruz a manos de la Policía Nacional, en la ciudad de Bogotá. Por ello, en el parque principal se realizó un acto simbólico denominado; Velatón, en el que las velas de diferentes tamaños fueron organizadas de tal manera que formaban el nombre del estudiante caído, a la par que se coreaba su nombre en medio de tristeza e indignación, pero con la esperanza de que llegue el día en que la clase dirigente responda a las peticiones del pueblo con algo diferente a calumnias y violencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Foto: José David Castro

 

En medio de los gritos de rechazo a la violencia, a la represión del estado, y de reivindicación del estudiante Cruz como mártir de la protesta, también se escuchaba el nombre de Brandon Cely, un joven soldado que apoyaba el paro, pero se quitó la vida debido a la presión recibida dentro del ejército, en donde recibió señalamiento a causa de su postura política. Los gritos que designaban los nombres de Dilan y Brandon, hicieron sentir con tristeza que el paro tomaba fuerza.

27 de Noviembre – 27N

Este día de noviembre la ciudad de Florencia se volvió a ver envuelta en un clima de lucha social. En un hecho sin precedentes, la población era participe de 4 eventos masivos en sólo 8 días. Esta vez se repetía la movilización de miles de personas, que desde el polideportivo del barrio Versalles se desplazaron por diferentes calles de la ciudad, hasta llegar a la denominada, Plaza Pizarro. El evento no fue tan masivo como la movilización del 21, pero logró convocar a un buen número de sindicatos, gremios, estudiantes universitarios, colegios, docentes, miembros de la academia local, etc.

Finalizando el día, los estudiantes de la Uniamazonía desarrollaron un proceso asambleario en el que a través de votación, (aproximadamente 1022 a favor y 795 en contra) decidieron entrar en paro indefinido, sumándose a las dinámicas de orden nacional. Con esto, la periferia enviaba un mensaje al centro del país, a saber, que en las regiones también hay fuerza y persistencia para protestar contra lo que hasta ahora se perfila como el peor gobierno de la historia de Colombia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Asamblea estudiantil. Foto: Karina Valderrama

 

1 de Diciembre – 1D

Con una mesa departamental pro-paro constituida por miembros de organizaciones como: la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), FECODE (Federación Colombiana de Educadores), la CGT (Federación General del Trabajo), la CTC (Confederación de Trabajadores de Colombia), ANTHOC (Asociación Nacional de Trabajadores de la salud), SINALTRAINAL (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos), SINALTRAICA (El Sindicato Nacional de Trabajadores del ICA), A la Orilla del Rio, representantes del movimiento estudiantil de la Uniamazonía, miembros de Juntas de Acción Comunal, entre otros; el primer día del último mes del año, en el Caquetá se siguió al píe de la letra con lo establecido en el orden nacional. La creación de la mesa permitió articular con más facilidad las iniciativas a nivel local, ya que por primera vez se unían representantes de las JAC, lo que hizo más amplio el carácter popular del paro. Así mismo, ésta facilitó la ejecución de las orientaciones venidas de la capital del país, que a la vez se articulan con otras capitales del continente, ya que la actividad del primero de diciembre se realizaba en el marco de una serie de actividades coordinadas a nivel internacional, la cual se denominó; Cacerolazo latinoamericano. Este se llevó a cabo en la capital caqueteña, de nuevo frente al edificio de la administración local, donde cientos de personas acudieron a mostrar su descontento a través de arengas, cacerolas, pitos, cornetas y canciones a favor de la Amazonía, emanadas de una batucada con reciclaje compuesta por miembros del colegio Jean Piaget.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Batucada. Foto: Karina Valderrama

 

3 de Diciembre – 3D

Siguiendo con el objetivo de sostener las actividades a nivel nacional, el miércoles 3 de diciembre la mesa departamental pro-paro organizó una nueva movilización en la ciudad de Florencia. Dicho ejercicio adquiría un plus valor, ya que por primera vez en la historia, las negociaciones que se realizan cada año entre el gobierno, centrales obreras, y gremios empresariales, se llevarían a cabo en medio de un fuerte movimiento que exige mejoras laborales, pensionales, educativas, ambientales, y por supuesto, salariales.

Como en recientes ocasiones, la población respondió de manera positiva a la convocatoria de movilización, y desde tempranas horas del día las instalaciones del polideportivo del barrio Versalles se vieron desbordadas con miles de personas dispuestas a desafiar el inclemente sol decembrino, con tal de manifestar sus inconformidades, destacándose entre la multitud, la Pelayera dirigida por estudiantes de la universidad, y la Batucada con reciclaje que hicieron sonar algunos miembros del colegio Jean Piaget, así como también, el performance; un violador en tu camino, que un grupo de feministas realizó en medio de la manifestación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Performance. Foto: Alexandra Vargas

 

 

Con ello, se mostraba que el paro no solo es fruto de descontentos internacionales, sino que en él caben todas las  reclamaciones y reivindicaciones sociales, por ejemplo; las luchas de las feministas, cuyo Performance originado en Chile ha tomado la relevancia suficiente para que también en el Caquetá muchas mujeres se animen a abordar el tema, en medio de una sociedad que ha naturalizado las violencias.

La actividad culminó al medio día entre palabras de aliento y motivación, emanadas de diferentes líderes sociales, gremiales y estudiantiles.

8 de Diciembre – 8D

A nivel nacional, este fue el día en que se llevó a cabo el evento masivo recordándole al gobierno que el pueblo sigue en píe de lucha. Sin embargo, siguiendo las dinámicas del contexto local, fue el día 6 de diciembre en que se llevó a cabo un acto de movilización y simbolismo que permitiera mantener viva la llama de las reivindicaciones sociales. Por tanto, desde las 6 de la tarde, un buen número de ciudadanos fue llegando hasta el sitio conocido como; la glorieta de los Colonos, para sumarse a la Noche de farolitos y canelazo. La actividad inició en la denominada glorieta, para que luego los marchantes se dirigieran lentamente con farol en mano hasta la plaza principal de la ciudad. Una vez allí, una bondadosa olla fue dispuesta con una bebida caliente que fue compartida por quienes llegaron en la movilización, pero también, por los transeúntes que se sumaron y los miembros de la policía que acompañaron la actividad. Hecho que tal vez explique el por qué en el Caquetá el paro se ha dado en medio de un clima totalmente pacifico, pues la presencia de la policía se ha limitado a su función de brindar seguridad y control de la movilidad. No se ha percibido una intención de boicotear las manifestaciones, ni el brutal grupo de choque conocido como ESMAD, ha hecho presencia en las actividades, lo que disminuye significativamente las posibilidades de desmanes, puesto que es comprobado que la llegada del escuadrón antidisturbios, potencializa el inicio de los disturbios.

La noche de los farolitos fue pensada como un evento que avivara el paro a nivel local, pero a la vez, que éste se fuera articulando con las festividades decembrinas que no son ajenas a la mayoría de la población, esto, como un acto en el que se comprende que la movilización social es un fenómeno que no obedece a caprichos de unos cuantos, sino que es producto del sentir de millones de colombianos que ven su día a día afectado por las políticas gubernamentales.

Finalmente, en el Caquetá el paro ha avanzado entre cantos, arengas, tambores, promesas de más movilización, y, ante todo, en completa paz, pues al igual que en muchas ocasiones, se desmontó el discurso gubernamental que pretende relacionar a la protesta social, con vandalismo. Ese discurso que queda en la retentiva de muchas personas, al punto de creer que la primera y lo segundo, son la misma cosa. El que ha llevado a muchos voceros de la lucha social a tener que aclarar en las convocatorias, que las marchas serán de carácter pacífico, como si al omitir dicha aclaración se estuviera haciendo un llamado a la violencia. Ese discurso que ha llevado a muchas personas a desligarse de un partido político, al punto de tener que decir que no se es ni de derecha ni de izquierda, como si la militancia partidista significara un acto negativo a priori, es decir, un discurso que pretende despojar a los ciudadanos de su naturaleza política y convertirlos en modestos participantes de coyunturas sociales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Policías compartiendo con los manifestantes. Fotos: Víctor Ospina Ortiz y Camilo Perilla Montes

 

El paro seguirá avanzando en este país aislado de la participación política plural en el poder, avanzará sin importar los palos en la rueda que ponga el gobierno, porque ya no basta con que los tiranos instalen cabezas de cerdo para amedrentar y despojar a los ciudadanos de sus derechos, nos han quitado tanto, que ya ni miedo tenemos, y en el Caquetá la gente lo demostró.

Referencia:

  1. Times. (2018, March 19). Las dinastías del poder en Colombia de cara al 2018. Retrieved from https://www.nytimes.com/es/2018/03/19/las-dinastias-del-poder-en-colombia-de-cara-al-2018/

 

Víctor Ospina Ortiz nació en Florencia, estudió en el Colegio Nacional La Salle y se graduó de Licenciado en Ciencias Sociales en la Universidad de la Amazonía sede Florencia. Es Magíster en Ciencias de la Educación, de la misma universidad, y se desempeña como docente en la Corporación Educativa Amigos Instituto Jean Piaget. Espera trabajar con las comunidades rurales, haciendo énfasis en la protección del ambiente y la defensa del territorio. Así como también, indagar sobre el asesinato de las docentes vinculadas al sindicalismo en el Caquetá.

 

 

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